La liturgia romana está familiarizada con las stationes: pausas, momentos de oración que veían -y ven- al Papa y a los fieles dirigirse a una basílica significativa: la iglesia estacionaria, a menudo lugar de memoria y custodia de las reliquias de un mártir. Son famosas las de Cuaresma, pero no son las únicas, y el Adviento, como toda peregrinación, tiene laContinuarleyendo "Pueblo de Sión: ¡ha vuelto el tiempo del canto!"